¿Qué necesito para hacer el Camino de Santiago? ¿Qué necesito para hacer el Camino de Santiago?
Me pone viajar Camino de Santiago

¿Qué necesito para hacer el Camino de Santiago?

Xacobeo 2021

Aquí comienza la serie de posts acerca del Camino de Santiago.
En agosto de 2020 nos aventuramos junto con Gala, nuestra niña de entonces tan solo nueve meses, a realizar el Camino Primitivo en bicicleta. Lo grabamos y documentamos todo para que pudiese servir a otros peregrinos a la hora de aventurarse a realizar el camino.
Inicialmente, antes de partir, nos surgieron muchas dudas y con este primer post queremos intentar dar respuesta a ellas y ayudarte si te estás planteando realizar tu camino.
¡Comenzamos!.

¿Qué es el Camino de Santiago?

El Camino de Santiago es la denominación que recibe un conjunto de rutas de peregrinación cristiana de origen medieval cuyo objetivo es llegar a la tumba de Santiago el Mayor (apóstol Santiago), situada como bien es sabido en Santiago de Compostela.
Históricamente, el término Camino de Santiago era usado para denominar al itinerario que parte de los Pirineos occidentales y recorre España hasta llegar a la ciudad gallega (el actual Camino Francés). A día de hoy el término se utiliza para referirse a todas las rutas jacobeas existentes.

¿Cuál es el origen del camino?

Según la tradición cristiana, Santiago el Mayor fue uno de los principales apóstoles de Jesucristo y el primero de ellos en morir martirizado. Su cadáver fue trasladado a Hispania y depositado en una tumba situada en Gallaecia. Esta fue descubierta entre los años 820 y 830 d.C. y sobre ella fue construido un templo que, tras ser ampliado en los siguientes siglos, se convirtió en la actual Catedral.
El culto al apóstol pronto se extendió entre los cristianos de la península, hasta tal punto que el rey asturiano Alfonso II realizó una peregrinación desde Oviedo hasta Santiago de Compostela para visitar los restos del mismo. Esta ruta es la que se conoce actualmente como el Camino Primitivo y es la que nosotros elegimos.
Inicio del Camino Primitivo desde la Catedral de Oviedo
Inicio del Camino Primitivo desde la Catedral de Oviedo
Las jacobeas, dentro de las tres grandes peregrinaciones cristianas, fueron las últimas en aparecer (tras las previamente existentes a Tierra Santa y a Roma), pero sin duda se tratan de caminos sembrados de numerosas manifestaciones de fervor, arrepentimiento, hospitalidad, arte y cultura.

¿Cómo hago el camino? andando, en bici, a caballo...

Esta es una decisión muy personal y existen varias posibilidades para llevarlo a cabo. Se puede realizar andando, en bicicleta, a caballo, en barco, incluso hemos visto a gente que lo ha realizado en patinete. Sin duda, las más comunes son las tres primeras. Nuestra elección, como hemos comentado antes, fue hacerlo en bicicleta para hacer que la experiencia de Gala fuese lo más segura y cómoda posible. La verdad es que en este sentido no nos equivocamos pero sí es cierto que el medio elegido condiciona mucho el camino como ya comentaremos más adelante.
Tanto a caballo como a pie es necesario que hagamos al menos los 100 últimos kilómetros para poder obtener la Compostela mientras que en bicicleta será necesario realizar al menos los 200 últimos kilómetros.

¿Qué es la Compostela?

La Compostela es un certificado que emiten las autoridades eclesiásticas como reconocimiento por haber peregrinado hasta Santiago de Compostela. Es importante no confundir Compostela con Compostelana (señora de Santiago de Compostela), lo cual es un error muy común que ha ido calando en la cultura popular jacobea.
Al ser un documento expedido por la Iglesia, es esta la que impone los requisitos para conseguirla, que son:
  • Hacer el camino por motivos religiosos o espirituales.
  • Haber recorrido cualquiera de las rutas jacobeas con un mínimo de kilometraje (dependiendo del medio de transporte elegido habrá un mínimo como hemos comentado en el punto anterior).
  • Acreditar que se ha recorrido tal distancia, lo cual se hará por medio de la Credencial.
La Compostela es totalmente gratuita y puede obtenerse en la Oficina del Peregrino (muy cerca de la Catedral). Como curiosidad citaremos que como buen documento eclesiástico es expedido en latín.
Existen otros documentos que el peregrino puede solicitar tras completar el camino:
  • Certificado de bienvenida: es el certificado gratuito que se le entrega a aquellos peregrinos que reailzan el camino por motivos no religiosos ni espirituales. Los requisitos de kilometraje y acreditación son los mismos que para la Compostela. Es un documento muy parecido a la esta última pero no está en latín.
  • Certificado de distancia: por un coste de 3€ podemos solicitar un documento donde se recogen varios datos de interés acerca de la ruta realizada entre los que encontramos el lugar y día donde comenzó la peregrinación, el día que terminó la peregrinación y el total de kilómetros realizados.

¿Qué es una credencial?

La Credencial es una pequeña cartilla donde aparecen nuestros datos de identificación y que contiene una serie de huecos o cuadrículas para poner sellos a medida que vayamos avanzando en el camino. Estos sellos podemos solicitarlos en los albergues y restaurantes donde vayamos parando. Es importante que, en el caso de ir a pie o a caballo, en los últimos 100 kilómetros al menos la sellemos dos veces al día. Si como en nuestro caso, realizas el camino en bicicleta, tendrás que sellar al menos dos veces al día durante los 200 últimos kilómetros.
La Credencial podemos conseguirla en multitud de sitios, tanto en nuestra ciudad de origen como en la ciudad de partida. En nuestro caso, nos pusimos en contacto con la Asociación Jacobea de Jaén, donde nos atendieron estupendamente y nos indicaron cómo obtenerla. Basta con rellenar un formulario con nuestros datos básicos y algunos del camino que hemos elegido y ellos nos indicarán que día podemos ir a recogerla (también la mandan por correo ordinario). El coste es muy asequible, tan solo 2€.
Credenciales con nuestros primeros sellos
Credenciales con nuestros primeros sellos

¿Qué camino escoger?

Esto dependerá de muchos factores entre los que destacamos tiempo, gustos y medio de transporte elegido.
Si tu tiempo es limitado puedes optar por los últimos kilómetros de cualquiera de las rutas jacobeas existentes, calculando el número de etapas que puedes hacer en ese tiempo y llegando hasta Santiago. Otra opción puede ser realizar el camino en varias fases ya que los kilómetros realizados no tienen fecha de caducidad de cara a conseguir la Compostela. Por ponerte un ejemplo, el Camino Francés consta de más de 30 etapas, podrías realizar un año la mitad de etapas y para las vacaciones de otro año realizar las restantes hasta Santiago sin problema.
Atendiendo a gustos también es recomendable elegir un tipo de camino u otro. Si por ejemplo eres un apasionado de la naturaleza como es nuestro caso, puedes optar por el Camino Primitivo. Si te gusta la costa una buena opción sería el Camino del Norte. Si quieres recorrer otro país tienes el Camino Portugués. Si buscas algún camino más místico y espiritual seguramente el Camino Francés sea tu opción…
Por último el medio de transporte elegido condiciona mucho el camino ya que hay rutas jacobeas más aptas para ir a pie que en bicicleta o a caballo y viceversa.

¿Dónde podemos dormir?

Este es un aspecto que preocupa a mucha gente. Aquí tenemos opciones para todos los gustos y bolsillos, desde la acampada hasta hoteles de lujo. Lo más habitual en el camino es dormir en albergues.
Dentro de los albergues tenemos dos modalidades, los públicos y los privados. Los albergues públicos están regentados por los hospitaleros, que son gente voluntaria que se dedica, además de a mantener el albergue, a dar cobijo a los peregrinos y contar las sensaciones y experiencias que se pueden vivir en el camino. Por lo general, los albergues públicos, al ser mucho más baratos y no recibir tanto beneficio, suelen ser un poco más humildes y quizás están menos acondicionados que los albergues privados. El precio de los mismos suele rondar como máximo los cinco euros y en ocasiones incluso solo se pide la voluntad.
Por otro lado tenemos los albergues privados, mucho más acondicionados y con más comodidades. Normalmente, el precio de los albergues privados está entre los siete y quince euros la litera, incluyendo a veces en este importe servicios como desayuno, sábanas, lavadora…etc. En nuestro caso, optamos por este tipo de albergues y la verdad que acabamos encantados ya que el servicio, instalaciones y limpieza de la mayoría fue excepcional.
Aunque la palabra albergue inicialmente suele sonar mal al viajero que no ha probado esta modalidad, desde nuestra experiencia diremos que pasa exactamente igual que con los hoteles, hay albergues que son una pasada y otros no tanto. Si es cierto que si eres delicado para dormir quizás no sea la mejor opción ya que lo normal es que tengas que compartir litera con algún otro peregrino además de compartir habitación con más gente. Siempre hay soluciones para este tipo de situaciones como usar tapones para dormir, escoger una habitación privada dentro del albergue...etc.
Nosotros, al ir en pareja, siempre teniamos una litera para los dos. En algunos albergues que visitamos había habitaciones privadas y el precio de la misma era prácticamente igual a la suma de las dos literas, por lo que en alguna ocasión elegimos esta opción. A lo largo del resto de posts de esta serie os iremos enseñando cada uno de los albergues donde nos alojamos pero como anticipo os adelantamos que, salvo en alguna excepción, acabamos encantados con el estado y los servicios de los mismos.
Si optáis por dormir en albergues os recomendamos que hagáis reserva antes de ir, sobre todo ahora en tiempos de COVID. Hay caminos (como por ejemplo el Camino Primitivo) en los que no existen tantos albergues como en otros caminos con más afluencia de gente (como puede ser el Camino Francés). Reservando (nosotros reservamos en la misma semana) nos aseguramos que lleguemos a la hora que lleguemos vamos a encontrar litera y no tendremos que recurrir a otro albergue.
Sin duda, si hay algo que uno se lleva del camino son las experiencias y la gente que se conoce a lo largo del mismo. Bajo nuestro punto de vista, dormir en albergues potencia mucho esta visión y hace que se confraternice mucho más con la gente, apareciendo muchos lazos de unión con los compañeros peregrinos.

¿Dónde podemos comer?

Sin duda uno de nuestros temas favoritos. Comimos tan bien a lo largo de todo el camino que desde que nos levantábamos íbamos pensando en donde íbamos a almorzar a nuestra llegada.
Durante todo el recorrido encontraremos multitud de establecimientos para comer, comenzando desde el mismo albergue y pasando por cada uno de los restaurantes, cafeterías y tiendas que encontraremos durante cada una de las etapas. En algunos destinos pequeños, algunos albergues están algo aislados o alejados por lo que lo más sencillo es comer en el mismo.
La mayoría de los establecimientos suelen tener menú del peregrino, cuyo precio suele rondar entre los diez y los quince euros dependiendo del sitio. Os recomendamos esta opción ya que tanto la cantidad como la calidad es muy buena y te dará la oportunidad de probar la gastronomía local a muy buen precio. Como referencia, os diremos que Ricardo es de “muy buen comer” y había veces que no era capaz de terminar con la cantidad que le ponían. Si por cualquier motivo el menú no te convence, siempre tienes la opción de bocadillos, platos individuales o a la carta.
Pulpo a feira que comimos en el camino
Pulpo a feira que comimos en el camino
En lo que respecta a desayunos y cenas, lo mejor es improvisar un poco sobre la marcha. En nuestro caso, salvando las veces que el albergue incluía el desayuno, solíamos desayunar por el camino parando en algún sitio a tomar alguna tostada o bocadillo. Nuestras cenas dependían mucho de la contundencia del almuerzo, ya que había veces que estábamos tan llenos que comprábamos algo ligero en algún supermercado o tienda local y lo tomábamos en el mismo albergue. Otras veces nos apetecía cenar fuera en algún restaurante o incluso en la misma cafetería o restaurante del albergue.

¿Cómo me guío mientras camino o voy en bici?

Saber hacia dónde dirigirse es muy sencillo. Tanto la vieira como la flecha amarilla van a ser nuestras grandes aliadas a lo largo del camino. Las encontraremos señalando la dirección a lo largo de todo el recorrido, por lo que no necesitaremos ningún tipo de mapa o aplicación para ello.
Indicaciones en el camino
Indicaciones en el camino
Si aún así quieres llevar contigo alguna ayuda que te haga sentirte más seguro en este sentido, existen multitud de apps que te orientarán en cada etapa además de darte más información acerca de la misma: kilómetros, desnivel, lugares donde alojarse, sitios donde comer...etc. Algunas de ellas son Buen Camino, Vive el Camino, o puedes consultar la información directamente en la web de Gronze.
Como recomendación, cuando la vieira no va a acompañada de una flecha, déjate llevar por la intuición o por una app ya que dependiendo de la comunidad autónoma la dirección de la vieira puede estar de una manera u otra.

¿Qué me llevo en la mochila?

Preparar la mochila es siempre uno de los momentos más delicados a la hora de afrontar el camino. Lo ideal es que la mochila no sea excesivamente grande y seguir los estándares de peso de modo que nunca supere el 15% de vuestro peso corporal.
Nuestra recomendación es realizar el Camino de Santiago en época estival, donde necesitaremos menos ropa y además es más ligera, llevando por lo tanto menos peso a nuestras espaldas. Tened en cuenta que en la zona norte de España siempre hace más frío que en el sur. En nuestro caso por ejemplo, realizamos el camino en agosto, tuvimos mal tiempo y usamos bastante la manga larga y los impermeables.
Nuestra mochila y su contenido para el camino
Nuestra mochila y su contenido para el camino
¿Qué nos llevamos al Camino de Santiago? A continuación haremos una enumeración de las cosas que son indispensables para afrontar el camino.
Evidentemente, al llevar una cantidad de ropa limitada, será necesario ir lavándola. En los albergues tenemos todas los elementos necesarios para ello, encontrando pila, lavadora, secadora, tendederos...etc. La lavadora y secadora suelen ser de pago pero con unos precios muy económicos por lo que merece la pena usarlos e ir con menos peso. Aunque normalmente solemos encontrar pinzas para tender en los albergues os recomendamos llevar alguna ya que es algo que no pesa y nos puede salvar de algún que otro apuro (por ejemplo puede que la ropa no se seque antes de que os vayáis del alojamiento, podéis colgarla en la mochila y que se vaya secando por el camino a lo largo del día).

¿Cómo mando mi mochila si no puedo con ella?

En ocasiones, la mochila se convierte en algo que nos tortura a lo largo del camino, bien por limitaciones físicas, por alguna contractura, dolor de cintura, hombros…etc. Es importante que esto no suponga un impedimento para nosotros. Antes de abandonar hay que pensar que la mochila es algo que se puede mandar por mensajería de un destino a otro. Si os veis en una situación de este tipo, no os sintáis cohibidos por tener que hacerlo ya que como bien dice la frase “Cada peregrino elige su camino”, y si esa es vuestra manera de poder hacerlo y realizarlo...adelante. Lo importante es tener una buena experiencia y poder completarlo, cada uno a su manera y según sus necesidades y limitaciones.
En nuestro caso, íbamos con la niña, toda su ropa, pañales, comida, nuestro equipaje, equipo de grabación… por lo que nos vimos prácticamente obligados a enviar las alforjas con las cosas de la peque de un sitio a otro. La experiencia fue igual de satisfactoria pero con menos problemas que si lo hubiésemos llevado nosotros como lastre todo el camino.
Este servicio tiene un precio por etapa de 5 euros (aunque suelen hacer ofertas por el camino completo) y lo ofrecen tanto empresas privadas como la propia empresa de Correos. Nosotros, en el Camino Primitivo, utilizamos la empresa local Taxi Camino, donde nos trataron genial y estaban súper pendientes de nosotros y de Gala. Solo podemos tener buenas palabras hacia ellos.

¿Cómo traslado mi bicicleta?

Como hemos comentado anteriormente, para facilitar el bienestar de Gala y hacer el camino más seguro y cómodo para ella optamos por hacer el recorrido en bicicleta y por lo tanto tuvimos que trasladarlas desde nuestra ciudad de origen (Jaén) a la ciudad de destino que en este caso era Oviedo. Hay varias formas de hacerlo:
  • A través de cualquier empresa de mensajería
  • Mediante Correos, la cual creemos que es la opción más económica y donde además te proporcionan el embalaje para que tu bici vaya perfectamente protegida durante el transporte
  • Si vas a viajar en Autobús, tren o avión, existe la opción de transportar la bicicleta. Aquí el embalaje de la bicicleta tenemos que ponerlo nosotros lo cual puede ser un problema ya que habrá que guardarlo a lo largo de todo el camino
  • En nuestro propio vehículo
Nuestra elección, teniendo en cuenta la situación de COVID, que era un viaje bastante largo, que viajábamos con la peque y que teníamos que transportar las bicis, fue usar nuestro propio vehículo con un portabicicletas. De este modo, partimos desde Jaén hasta Oviedo, donde Mada se quedo con Gala y con las bicicletas. Ricardo se fue desde Oviedo hasta Santiago dejando el coche en un parking (la estancia para algo más de una semana no llegó a 50 €) y volviéndose nada más llegar en un transporte compartido. Desde allí comenzamos nuestro camino con todo preparado.

¿Recomendamos hacer el camino primitivo en bici?

Nuestra respuesta es clara: No.
El Camino Primitivo es un camino precioso, naturaleza en estado puro y perfecto para realizarlo andando. Este camino es de los más duros y no está hecho para ir en bici, o al menos con el nivel que nosotros tenemos con ella (no somos ni mucho menos expertos). Además, nosotros queríamos realizar el camino yendo por el camino en sí y no saliendo a carretera ya que el paisaje no era el mismo y nos perderíamos la mayoría de las cosas, por lo que en muchas ocasiones tuvimos que bajarnos de la bici y empujarla porque algunos tramos eran casi imposibles (ya los iréis viendo en los videos).
Dificultades del Camino Primitivo en bicicleta
Dificultades del Camino Primitivo en bicicleta
Algunos otros ciclistas que nos encontramos por el camino nos indicaron que caminos perfectos para hacerlos en bicicleta son el Camino Francés y el Camino Portugués ya que hay mucha llanura y si tu nivel de bicicleta es bueno puedes doblar o incluso triplicar etapas por día.
En resumen, el Camino Primitivo lo volveríamos a hacer una y otra vez, es precioso, pero… andando.

¿Es seguro el camino en tiempos de COVID?

Según nuestra experiencia: Si.
Siempre te encuentras en un medio abierto, no sueles estar rodeado de gente, los albergues respetan todas las medidas de seguridad y todo está muy cuidado, desinfectado y limpio… Nuestra sensación en todo momento era de tranquilidad y casi con toda seguridad, en ese momento fue un plan más acertado que por ejemplo irnos a la playa (que nos encanta) donde probablemente hubiésemos estado rodeados de mucha más gente y aglomeraciones.

¿Qué es lo que viene en el resto de posts y vídeos de esta serie?

Pues nos espera un resumen de cada una de las trece etapas que vivimos en el Camino Primitivo, con todo detalle de albergues, restaurantes, precios, anécdotas y algún que otro susto que nos llevamos por el camino.
¡Buen camino! Ultreia et Suseia.